Cuando pensaste que yo no estaba mirando,
colgaste mi primer dibujo en el refrigerador, y deseé pintar otro.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando,
alimentaste a un gato callejero, y yo pensé que era bueno ser amoroso con los animales.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando,
horneaste un pastel de cumpleaños para mí, y supe que los detalles son cosas especiales.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando,
pronunciaste una oración, y creí que había un Dios a quien siempre podría hablarle.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando,
me diste un beso de buenas noches, y me sentí amado.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando,
vi que corrían lágrimas de tus ojos, y aprendí que algunas veces las cosas duelen; pero que está bien llorar.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando,
sonreíste, y eso me hizo desear ser bonita así también.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando,
me cuidaste, y deseé ser lo máximo que pudiera llegar a ser.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando… miré…
y quise darte las gracias por todas esas cosas que hiciste cuando pensaste que yo no estaba mirando.