❥ La canasta básica (Carta para Dios)


¡Querido Papito Dios!



 ¿Cómo estás? Te escribo para saludarte y decirte que te quiero mucho…
 y también para decirte que no he sabido administrar bien
la “canasta básica” que me enviaste y…, pues…,
ya se me ha ido agotando a lo largo de estos años.

Por ejemplo, la paciencia se me acabó por completo, 
igual que la prudencia y la tolerancia.

Ya me quedan poquitas esperanzas, 
y el frasquito de fe está también vacío.

La imaginación también está escaseando por estos rumbos. 
Debes saber que hay cosas de la canasta que ya no necesito, 
como la dependencia, y esa facilidad para hacer berrinches, 
que tantos corajes y problemas me han ocasionado. 
Así que quisiera pedirte nuevos productos para la canasta.

Para empezar, me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia
 y tolerancia (pero hasta el tope), y mándame por favor el curso intensivo:
 “Cómo ser más prudente”, volúmenes 1, 2 y 3.

Si tienes, envíame también varias bolsas grandes, 
pero “bolsones” de madurez, que tanta falta me hace. 
Quisiera un costal grande lleno de sonrisas, 
de esas que alegran el día a cualquiera.

Te pido por favor, que me mandes dos piedras grandes 
y pesadas, para atarlas a mis pies, y tenerlos siempre sobre la tierra.

Si tuvieras por ahí guardada una brújula para orientarme
 y tomar el camino correcto, te lo agradecería mucho.

Papito… regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, 
porque debo confesar que en algunas ocasiones 
tomé grandes cantidades, y me empachó. 
Nuevas ilusiones, y una doble ración de fe 
y esperanza también me caerían excelente.

Te pido también una paleta de colores, para pintar mi vida 
cuando la vea gris y oscura. Me sería muy útil un bote de basura, 
para tirar todo lo que me hace daño.

Te pido muchas zanahorias para tener buena vista, 
y no dejar pasar las oportunidades, por no verlas.

Necesito también un reloj grande, muy grande, 
para que cada vez que lo vea, me acuerde 
de que el tiempo corre y no debo desperdiciarlo.

¿Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí mism@? 
Sé que voy a necesitarlas para soportar los tiempos difíciles,
 y para levantarme cuando caiga.

También quisiera un bote de pastillas, de las que hacen
 que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, 
para que me vaya bien en la vida, y te pido unas tres o cuatro toneladas
 de “ganas de vivir”, para cumplir mis sueños.

Necesito también una pluma con mucha tinta,
 para escribirte todos mis logros, y te sientas muy orgulloso de mí.

De antemano, te agradezco lo que me puedas mandar, 
y te agradezco el doble todo lo que me mandaste la primera vez.



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