Pido fortaleza y revelación. Fortaleza que me permita ser valiente y pura y acunar a mis niños y enseñarles a sonreír. Y revelación para tener la total certeza de quién es el que me da la vida y por qué estoy aquí. Revelación de mi tarea, de mi aprendizaje, de mi valor y de lo que sé que soy.
Que me dé mi Dios, la mirada clara, para que con lucidez, tenga visión plena y que lo que vea y
se me revele, me permita manifestar la poderosa energía que me envuelve, y me convierta en mujer plena y capaz. Mujer de manos tibias y ojos brillantes. Valiente y pura. Solidaria y libre.
Convertirme en la mujer de mirada limpia y corazón fuerte, que sin temores y con total veneración, cree en su Dios y por El vive.
Pido a la Divinidad, que me guíe y alimente con la sabiduría infinita de la Fuente del Profundo Amor de la Conciencia Cósmica.
Enjugo mis lágrimas y entrego a mis criaturas, y me decido a caminar la Tierra anunciando que el Reino ha abierto sus puertas.
Pido la llave para que a paso firme pueda iniciarme en la Divina misión por la que tomé este cuerpo y elegí esta vida.
Ya estoy lista y soy consciente de la perfección Divina y de la fuerza cósmica que me envuelve.
Quiero ser partícipe y colaboradora y voluntaria generosa.
Que se me tome en cuenta a la hora de repartir los dones, tengo mis manos limpias y dispuestas, mi corazón me ha dado una visión reveladora y ahora sí, pondré manos a la obra, porque puedo vislumbrar aún desde mi insignificancia, la vasta grandeza. Desde mi humildad, solicito ser bienaventurada.
Pido tener ojos que vean y oídos que escuchen, para que me sean perceptibles la visión magnífica y el son infinito.
Te entrego mis pensamientos uno a uno, mis sentimientos agobiantes, mis preocupaciones, mis temores, mis tristezas y todo lo que me abate y me entorpece la vida.
Y así ser de las nuevas mujeres que habitarán la Tierra. Mujeres de luz. Mujeres silenciosas y de ojos infinitos.