¡Te amo! Derramé mi propia sangre por ti para hacerte limpio.
¡Eres nuevo! ¡Créelo, es verdad!
Eres hermoso ante mis ojos y yo te he creado para que
fueras justamente como eres. No te critiques a ti mismo o no te
desanimes por no ser perfecto ante tus propios ojos. Esto sólo lleva a
la frustración.
Yo quiero que tu confíes en mí, paso a paso, día a día.
Habita en mi poder y mi amor. Sé libre, sé tu mismo. No permitas que
otras personas te manejen. Yo te guiaré si me dejas. Date cuenta de mi
presencia en todo.
Yo te doy amor, alegría, paz. Mírame.
Yo soy tu Pastor y te guiaré. ¡SIGÚEME A MÍ SOLAMENTE!
Escucha y yo te diré mi voluntad. ¡Te amo, te amo! Deja que mi amor
corra a través de ti, espárcelo en todo lo que toques.
No te preocupes por ti. Tú eres mi responsabilidad. Yo te
cambiaré. Tu debes amarte a ti mismo y amar a otros simplemente porque
yo te amo a ti. Quita tus ojos de ti mismo. Mírame solamente a mí. Yo
guío, yo cambio, yo hago, pero no cuando estás tratando. No voy a pelear
con tus esfuerzos. Tu eres mío. Déjame amarte. Déjame darte
alegría, paz y bondad. Nadie más puede hacerlo. ¿ Ves?
Tú no te perteneces. Tú has sido comprado con mi sangre y
ahora tú me perteneces, ...si tú quieres. No es de tu interés como yo
trato contigo. Tu único mandamiento es mirarme a mí. Nunca a ti mismo ni
a otros. Te amo. No luches. Descansa en mi amor.
Yo sé lo que es mejor y lo haré contigo, en ti y a través tuyo.
Mi voluntad es perfecta. Mi amor es suficiente. Yo abasteceré todas tus necesidades.
Mírame:
Te ama... JESÚS.