se la potencia, invitando siempre a elegir el bien más alto,
a superarse, a crecer constantemente.
Ambos toman conciencia de sus personas y de su dignidad.
Ambos toman conciencia de sus personas y de su dignidad.
Se sienten conocedores y conocidos, respetados
y respetuosos, amantes y amados:
Yo quiero que tú seas tú y tú quieres que yo sea yo.
No hay asimilación ni posesión, sí hay reconocimiento.
No hay asimilación ni posesión, sí hay reconocimiento.
Se forma una comunión de personas, es decir un “nosotros”,
sin perder nada de nuestra singularidad.
La relación humana del amor incondicional debe ser
La relación humana del amor incondicional debe ser
un camino para el encuentro con Dios, quien da sentido
y valor definitivo y estable a cualquier relación
de amistad y de amor humano.