ambas se
quitaron sus ropas y se dispusieron
a disfrutar de las cálidas
corrientes, pero aprovechando
la perplejidad de belleza por las
cristalinas aguas,
fealdad salió del río y con toda intención,
tomó las
ropas de belleza y apresuró la huida.
Más tarde, cuando belleza se dispuso a vestirse,
asombrada de no
encontrar sus ropas
y sin poder comprender la actitud de fealdad,
y como
era demasiado tímida para estar desnuda
se puso la ropa de la Fealdad, y
siguió su camino.
Hoy en día la gente sigue confundiéndolas... confunden
a una con la otra. Pero hay algunos que contemplan
el rostro de la Belleza y saben que no
lleva sus ropas.
Y otros que conocen el rostro de la Fealdad,
y sus
ropas no les engañan.
Solemos pensar y calificar a las demás personas
como bellas o feas por su
apariencia física,
sin darnos la oportunidad de mirar la verdadera
belleza que permanece escondida en cada persona.
"La verdadera Belleza o Fealdad de una persona,
se observa en su corazón"